La historia de la blanca y ceste se remonta a muchos años atrás, haciendo del tiempo su particular escenario de conquistas siendo, de mayor o menor trascendencia, logros que han forjado la identidad de Argentina hasta convertirla en lo que hoy es: una de las selecciones más temidas y respetadas del planeta, asidua a las grandes citas futoblístticas y cuna de los mejores jugadores del mundo. Capaz, incluso de dejar la impronta en aquellos acontecimientos en los que la meta máxima no fue alcanzada, tal y como sucedía en el primer Mundial de la historia. Disputado en territorio 'charrúa' ya aquello parecía un presagio de que el éxito no se aliaría con Argentina en la tierra del gran rival platense, con el que se disputa el denominado 'Clásico de La Plata'. No obstante, si aquel campeonato de debut en la máxima competición mundial a nivel de clubes no le dio a la albiceleste para hacerse con el triunfo en una dolorosa y aciaga final, sí le dio para empezar a escribir su particular leyenda en el mundo del balompié.
Guillermo Stábile, el filtrador
Que en el mundo del fútbol, el camino hacia el triunfo discurre por la senda del gol, es algo indiscutible. Los tantos, el éxtasis en el deporte rey, el momento cúlmen, la razón alrededor de la cual discurren los 90 minutos, ese efímero instante que hace estallar de júbilo o rabia los corazones de quienes los disfrutan o los padecen yGuillermo Stábile, buen conocedor de eso, dio a los suyos más alegrías que ningún otro en el primer Mundial, a pesar de que las dianas no valieran para certificar el título. Fue su única participación en la Copa del Mundo y le bastó para rubicar un nombre convertido ya en historia.
Guillermo Stábile nacía en Buenos Aires el 17 de enero de 1905 y fallecía el 26 de diciembre de 1966. Su carrera futbolística se inició en Sportivo Metán, desde donde llegó a Club Atlético Huracán; allí disputaría nada menos que 128 partidos en los que anotó 100 goles, una cifra que no hacía extrañar lo que después estaría por llegar en la Copa del Mundo de 1930. Sus buenas temporadas en el citado club le llevaron a Europa, cruzando el charco hasta recalar en el Génova; cinco temporadas, 62 partidos y 19 goles le llevaron a seguir avanzando en una evolución imparable hasta las filas del Nápoles. Allí sus dotes goleadoras no se exhibieron con el mismo esplendor y una temporada después, tras 20 encuentros y apenas tres tantos, aterrizaría en el Estrella Roja 93 de Francia, equipo que le vería poner punto y final a su carrera como jugador al mismo tiempo que le veía iniciar la de técnico en el citado club.
Máximo goleador del primer Mundial
En aquel primer torneo, con apenas 13 participantes, Argentina quedó encuadrada junto a Chile, México y Francia en el grupo A, el único que albergaba a cuatro selecciones, ya que el resto, lo hacía con tres. Argentinadebutó enfrentándose a Francia en un encuentro que estuvo marcado por la falta de Monti sobre Laurent, renqueante durante casi 80 minutos. El jugador argentino sería, además, el que adelantaría a los suyos con un gol de falta anotado en el minuto 81 en un partido que acabaría envuelto en polémica por la señalización del final ante las reclamaciones del combinado galo en plena jugada con ocasión clara de gol incluida de Marcel Langiller.
Stábile debutó con un 'hat-trick' ante México
Tampoco pasaría inadvertido el segundo duelo de Argentina, en este caso ante México, donde Guillermo Stábile empezaría a escribir su particular leyenda con un 'hat-trick' en su partido de debut, ya que no había jugado en el duelo inaugural. El primero de los tantos llegaría mediante la señalización de un penalti, el primero pitado en un Mundial, que transformó el delantero argentino y tras el cual se señalarían cinco penas máximas más. La albiceleste vencía, finalmente por un abultado 6-3. El tercer y último encuentro de la fase inicial enfrentaría a Argentina con Chilepara decidir la clasificación del equipo que accedería a las semfinales del torneo; en la línea de lo acontecido en los dos duelos anteriores, la controversia haría acto de presencia a partir de una falta cometida por Monti sobre Arturo Torres, que no impediría la victoria albiceleste por 3-1.
Las semifinales cruzarían el camino de Argentina con el de Estados Unidos y la importancia del partido exigía de la aparición de esos nombres importantes entre los que Stábile deseaba estar. Y estuvo. Autor de dos de los seis goles que llevaron a su combinado a la gran final junto con la anfitriona, Uruguay, la goleada de losgauchos se repartió de la siguiente forma: Monti abrió la lata en el minuto 20 para que Alejandro Scopelli agrandara distancias ya en la segunda mitad.Stábile aportó el tercer y cuarto gol respectivamente para sumar su doblete al deCarlos Peucelle, que cerró la goleada. Los norteamericanos no pudieron más que rubricar el tanto del honor por mediación de Jim Brown en el 89.
La gran final lo tenía todo para hacer de la primera participación argentina un éxito pero también lo tenía para Uruguay, con el plus de que esta jugaba en casa, ante su gente y con la firme necesidad de cumplir y regalarle a los suyos la primera gran alegría a nivel mundial. A esta cita tampoco faltó Guillermo Stábile con su gol, un tanto que le serviría para calificarse como máximo artillero del primerMundial de fútbol pero no para hacer campeona a su selección, que sucumbió a los tantos de Pablo Dorado, Pedro Cea, Victoriano Santos Iriarte y Héctor Castro. El gol de Stábile, que se sumaba al inicial, anotado porPeucelle, sólo habría servido para recortar distancias y maquillar el resultado: 4-2 y el primer cetro mundial se quedaba en Uruguay. Stábile cerraba su participación total en la Copa del Mundo con ocho tantos en diez partidos.
Cesáreo Onzari: primer gol olímpico de la historia
Si hablar de gol en Argentina en el primer Mundial de la historia suponía hablar de Guillermo Stábile, hacerlo de una de sus modalidades más complicadas y bellas, llevaría a otros nombres ilustres del panorama futbolístico. De rebote, en jugada individual, en triangulación colectiva, de chilena, de falta, de cabeza, con la zurda o con la diestra. Todos los goles tienen el mismo valor pero no todos poseen la misma factura y lo que parece indiscutible a día de hoy es que el conocido como gol olímpico es de los más complejos y llamativos de todos cuantos pueden anotarse. Como no podía ser menos, también Argentina es pionera en esta faceta.
Tras la flamante victoria de Uruguay en los Juegos Olímpicoso de París(1924), el combinado charrúa y Argentina organizaban dos amistosos en calidad de local y visitante, el primero de los cuales se disputaría en Montevideo el el 21 de septiembre, con empate a uno. El segundo de ellos, que tendría lugar enBuenos Aires, se disputaría una semana más tarde en el Sportivo Barracas, atiborrado hasta la bandera y que según las crónicas de la época rebasaba de forma considerable el aforo establecido, tal era la expectación que generaba el duelo que seis años después supondría la primera final mundial de la historia. A pesar de esto, o precisamente por ello, el encuentro hubo de ser suspendido, al quedar prácticamente invadida la zona del terreno de juego, llegando el público a la línea de cal que delimitaba el campo. El dos de octubre se reanudaría el choque y para evitar que volviera a suceder lo acontecido en el primer intento, se colocó un alambrado de metro y medio para impedir el paso del público .
Ese mismo año, el córner dejó de considerarse un libre indirecto
Corría el minuto 15 del primero tiempo cuando el delantero de Huracán, Cesáreo Onzari,botaba un córner que acabaría alojándose directamente en el fondo de la malla uruguaya, un tanto histórico que concedió un nuevo honor a la albiceleste, aunque se tratase de un amistoso: el primer gol olímpico de la historia. Al haber anotado el gol frente al combinado que por aquel entonces ostentaba el título de campeón olímpico, el tanto acabría recibiendo la citada denominación, una gesta que era posible gracias a que en ese mismo año, la reglamentación que hasta entonces había calificado el lanzamiento de esquina como un saque indirecto, se había modificado permitiendo al jugador introducir el balón en la portería sin que tocase a ningún otro futbolista. Sería un gol distinto, destinado a quedar en la historia por ser el primero en producirse de la mencionada forma pero no fue el único que se produjo durante el partido: Cea igualó para los suyos en el 27 yTarasconi adelantó de nuevo a la albiceleste en el segundo tiempo.
El partido, que había empezado ya de forma accidentada, acabó del mismo modo con la retirada cuatro minutos antes del final por parte de los uruguayos en medio de la caída de todo tipo de objetos desde la grada y, acusados por los argentinos de emplear un juego excesivamente brusco, que había acabado con la fractura de tibia y peroné del jugador Adolfo Celli. A pesar de todo lo que dio de sí el encuentro, incialmente amistoso -una utopía entre Argentina y Uruguay-, sería recordado por propios y extraños, ante todo y sobre todo por el fantástico gol conseguido porOnzari, el primer gol olímpico de la historia.
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